Balance de Gonzalo Piriz y Dante Rossi, dos camaradas de Argentina, sobre la degeneración de la LOI-CI y la FLTI

Nota aclaratoria: las posiciones vertidas en el siguiente documento son las de los autores y no reflejan las posiciones del NTI-CI. Nuestra posición sobre el presente documento está desarrollada en el siguiente vínculo: Acerca del balance de la FLTI. Anexamos también el documento del CWG con el que polemizan los compañeros Gonzalo y Dante, documento sobre el cual no nos hemos posicionado aún.

01 de marzo de 2021

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EN RESPUESTA AL BALANCE DEL CWG DE NUEVA ZELANDA Y NUESTROS PRIMEROS ELEMENTOS DE BALANCE DE LA LOI-CI (DEMOCRACIA ORERA, ARGENTINA) FLTI (CI)

Camarada Dave:

Estudiamos su balance, nos parece un aporte enorme para compañeros como nosotros que poco a poco intentamos poder explicar la degeneración de nuestra ex corriente LOI (CI) FLTI, donde hicimos nuestra primera experiencia militante en el movimiento marxista.

Dialogar con un camarada como usted más allá de las diferencias políticas que podamos tener, es dialogar con uno de los dirigentes más nobles que hemos conocido en nuestra experiencia militante, ajeno siempre a los vicios de aparato que colman y envenenan la atmósfera del movimiento obrero internacional.

El documento del CWG nos deja la tarea planteada de estudiar a fondo el balance del 89, así como también el rol que China y Rusia juegan hoy en la política y en la economía mundiales. Aspectos que nos superan en este momento para poder abordarlos, pero para los cuales nos interesa conocer más de sus producciones.

De todos modos, en parte hemos reflexionado sobre este punto en una serie de debates e intercambio de opiniones con los compañeros del NTI-CI sobre su elaboración de Ucrania -que intentamos organizarlas en una serie de notas- y concluíamos que ellos al definir de hecho a Rusia como un país sirviente de los yanquis, casi como una semicolonia sin ningún tipo de juego propio en la región, terminan cediendo a la burguesía pro rusa del este, levantando la consigna Novorrosia soviética. En este terreno creemos que sale a la superficie la herencia política de la LOI-CI de tomar a Rusia y China como republiquetas y metodológicamente forzar a que la realidad se ajuste a sus caracterizaciones en vez de poner las caracterizaciones a prueba de la realidad.

Compañero Dave, tome entonces esta respuesta como un diálogo que entablamos con uno de los dirigentes de la corriente de la cual provenimos (uno de lo que más incidencia tuvo a la hora de la construcción internacional). Intentaremos aprovechar al máximo este diálogo para poder armar también nuestro balance, que no va a poder ser de otra manera que en un debate fraternal entre las distintas alas del movimiento.

AL RESPECTO DE LA LOI-CI

Compartimos con el CWG la apreciación de que la LOI-CI no rompió con el morenismo. Nosotros creemos que se trata de una corriente morenista que se teme a sí misma, un morenismo en versión sectaria que tomó todos los vicios y muy pocas virtudes de aquél. Los vicios de partido madre, régimen caudillista, y ninguna virtud para ligarse a los movimientos reales de la vanguardia y las masas. Se construyó siempre tras la ruptura del 98 de forma refractaria al PTS, en una oposición caprichosa e infantil que se expresaba en que si el PTS se volcaba a los obreros sindicalizados la LOI-CI lo iba hacer entre los trabajadores en negro y desocupados; si el PTS hacía un trabajo sobre el movimiento de mujeres la LOI-CI era una corriente de perfil anti feminista y pro mujer obrera; si el PTS hacía una táctica electoral la LOI-CI se volvía anti electoralista hasta 48 horas antes del día de la votación donde terminaba llamando a votarlos.

Podríamos seguir desarrollando hasta el infinito la PTS dependencia que la generación de cuadros que rompió el PTS impuso como orientación a la corriente históricamente. Valga destacar que de aquella generación quedan hoy no más de tres o cuatro compañeros.

Ustedes hablan de la intervención en el movimiento piquetero y en las fábricas recuperadas y la lucha contra el falso trotskismo, aquí comienzan nuestras diferencias.

Más allá de si acordamos en la caracterización de la izquierda como reformista, centrista o centrista burocrática, claro está que durante el 2001 el movimiento de desocupados y de las fábricas recuperadas fueron dirigidas por las corrientes que llamábamos “renegados del trotskismo”. Lo cual demostraba que esos partidos se llenaban de los mejores elementos del movimiento obrero radicalizado bajo el fuego de la revolución.

¿Cuál fue la táctica para hacerlos romper con esas direcciones? No la hubo, fue el “vengan a mí” pues “somos los únicos revolucionarios e internacionalistas”. Esa política autoproclamatoria no fue utilizada históricamente por ningún partido revolucionario, y solo sirvió en partidos como el PC, que se robaba la autoridad de la revolución de octubre.

La táctica de llamar a una conferencia internacional, planteando que la tarea de poner en pie en Argentina un Partido Revolucionario era una tarea de las fuerzas sanas del trotskismo internacional, sin intervenir dentro de esos fenómenos reales de vanguardia fue una táctica totalmente centrista y autoproclamatoria. No podía surgir ningún Partido Revolucionario con un núcleo de 50 militantes por más que los grupos internacionales que acudieran a tal conferencia multiplicaran por cien en número y fuerzas a los convocantes. La revolución ya estaba en marcha y los obreros y la juventud no esperan a que los revolucionarios resuelvan sus problemas. Pelean con las herramientas que tienen a mano, aunque éstas se demuestren luego muy anticuadas para tal fin.

En Zanón pelearon con el PTS, en Bruckman con el PTS y el FOS, en el movimiento piquetero con el PO y el MST y un largo etcétera. Pongámosle el nombre que queramos, reformistas o centristas pero allí fue la vanguardia para pelear y es lo que los revolucionarios debíamos de tomar nota. Por más que esto sucediera a tres o trece años de la ruptura con esas corrientes. La revolución es un proceso más importante que la historia de pequeños estallidos de un histórico big bang de la cuarta internacional o del morenismo como parte de ésta.

Un núcleo de cuadros internacionalistas debió contrapesar la inercia rupturista con la que venía la LOI-CI, para dar cuenta de que los fenómenos centristas jamás iban a pasar por pequeñas ligas de propaganda sin ningún peso real en la vanguardia. Había que buscar de todas las formas posibles unir a la vanguardia, había que aplicar un giro francés porque la revolución poco entiende de conferencias de pequeños grupos.
Nin tenía en España una decenas de miles de militantes más que la LOI-CI y sin embargo Trotsky indicaba la necesidad de aplicar este giro en la juventudes socialistas porque éstas evolucionarían ante los golpes de la lucha de clases hacia la izquierda. Juventudes socialistas que vamos acordar, eran algo más reformistas que los que se reivindican trotskistas en Argentina.

En el mejor momento de la LOI-CI se aplicó una autoproclamación internacionalista, pero autoproclamación al fin. Se dejó a los obreros solos ante esos aparatos que nuestros dirigentes habían construido y ahora se lavaban las manos autodenominándose “trotskismo principista”. Borrón y cuenta nueva dijo la TBI, luego LOI-CI, y profesó esa moral por la cual decir es igual que hacer, y aparentar es igual a ser.

Por otra parte los golpes físicos recibidos que ustedes nombran en su balance, condenables desde ya, nada pueden decir sobre la política revolucionaria de la LOI-CI. Cannon en EEUU también intercambio golpes y palazos con el PC (partido del cual fue fundador) y luego fue a una política de fusión con varios de estos mismos cuadros. Lo que más daño le hizo a Stalin no fueron los palazos a militantes sino la fundación del SWP con los mejores miembros de su corriente. La LOI-CI convocó a un correctísimo tribunal moral ante los garrotazos, pero le dejó la dirección del movimiento piquetero (trabajadores en paro) a estas corrientes.

Cuando se fusionó con un sector de los piqueteros, no hizo más que alejarlos de su sector, y convertirlos en una chapa de la corriente, como lo marca la historia de todo el morenismo. Bajo este tipo de dirección estos sectores de la clase obrera se medían en definitiva más en función de la necesidad de la liga que del sector de clase al que representaban, así los intereses de la cúpula de una pequeña liga se iban oponiendo a los intereses del proletariado de conjunto.

No se fue a las asambleas piqueteras a meterse dentro para acompañar la experiencia que las bases comenzaban hacer con estas direcciones, sino con golpes de efectos y ultimátum buscábamos que las bases de la noche a la mañana rompan con ellas y se pasen al bando de la LOI-CI. De no votarse nuestro ultimátum se rompía lo más alborotadamente posible. Tal es la “táctica” que siempre aplicamos en el movimiento obrero, estudiantil y de las mujeres.

En Zanón quizás ustedes no sepan, pero los obreros votaron en agradecimiento y solidaridad a todas las corrientes obreras que resistieron los desalojos policiales de la fábrica, que las distintas organizaciones con compañeros desocupados o en paro tengan posibilidad de ingresar a trabajar a la fabrica, a la LOI-CI y al dirigente que usted conoció, Quique Negro, le dieron el honor de ser parte de esta fábrica. ¿Qué hizo la LOI-CI camaradas del CWG? Rechazó la propuesta, porque el centrista al decir de Trotsky le gusta ser comentarista de las luchas, no contar su rol en las mismas, de ese color está pintada la política real de nuestra ex corriente.

De esos ultimátum se vieron en las elecciones sindicales de los obreros de la carne donde la interna de Paty se negó a conformar un frente antiburocrático con la izquierda y boicoteó la entrada de urnas de las elecciones sindicales, porque no se aplicaba su programa de “Votemos todos” (permanentes, en negro y desocupados). Siempre el programa como imposición. Nada de acompañar la experiencia de esas bases antiburocráticas en ese frente y pedir plenos derechos para poder convencer de sus posiciones a la base obrera. Las elecciones dieron por triunfadora a la lista de la burocracia, por una cantidad muy estrecha de votos con respecto a la lista de la izquierda. Imaginara usted que conclusión pudieron sacar los trabajadores con la ayuda de su dirección (“con los votos de Paty ganábamos”) y como quedó Paty con respecto a la vanguardia obrera. En esas condiciones luego iban a tener que enfrentar un cierre de la planta, que lo hicieron bajo un brutal aislamiento, construido primero por nosotros mismos y después por la burocracia y la izquierda, que tomaban revancha de forma ruin.

También lo vimos en la marcha al tribunal de las petroleras que se preparaba para condenar a perpetua a los compañeros. Allí, como habíamos estado desde siempre junto a las familias petroleras, dividimos la marcha por una pelea con la izquierda por quien encabezaba la llegada de la misma al tribunal. El FIT decía que con nosotros a la cabeza no marchaba (y no marchó, lo hizo minutos después) y nosotros nos negamos a entregar la cabecera. Una verdadera vergüenza, que hasta uno de los mismos condenados a perpetua iba a llamar la atención después a ambas partes. Una pérdida absoluta de principios, romper una marcha contra un tribunal de las trasnacionales y de una burguesía deseosa de venganza, por solo poner tu banderín, visto desde hoy día, es una clara muestra de que la autoproclamación y degeneración de nuestra ex corriente nada tenía que envidiarle al resto de la izquierda. Si lo importante fue siempre que la mayor cantidad de corrientes y trabajadores se sumen a la lucha, ¿qué importaba quien encabezaba? Mientras los obreros de base del yacimiento Los Perales votaban parar la producción, la LOI-CI y el FIT, se dividían frente al patíbulo.

Estuvimos allí y nos hacemos cargo de que aplicamos esa política totalmente reñida con los principios de clase. Aún tenemos la imagen de los familiares que giraban sus cabezas confundidos hacia atrás viendo como el grueso de los presentes se quedaban atrás cuando comenzaba la marcha. Una vez más los intereses mezquinos de una dirección burocrática en oposición a los intereses del proletariado.

Aquí en la Argentina se desarrollan anualmente un Encuentro Nacional de Mujeres, que da cita a miles de mujeres de todo el país, bajo una dirección de las corrientes maoístas y kirchneristas, la LOI-CI tras tres décadas de ignorarlo, recién en el encuentro Nº 29 “participó” para ir a dar el ultimátum desde las puertas del mismo planteando que la mujer obrera nada tenía que hacer con la mujer burguesa del Kirchnerismo. Intervenir en un movimiento democrático con el purismo de supuestas clasistas, sólo es la forma elegante de capitular ante la iglesia católica que hostigaba al encuentro, y entregar sin lucha alguna la dirección del movimiento al nacionalismo burgués que a su vez es garantizado por izquierda por las corrientes de izquierda. Cuando en Argentina ante los feminicidios millones de mujeres ganaban las calles al grito de “Ni una menos” la dirección de la LOI-CI disfrazaba a compañeras de turbantes negros planteando como consigna central “Siria el femicidio más grande del siglo XXI”, o sea desconocía la marcha bajo una consigna vergonzante. Ahora el sectario -y su burocracia alejada de la vida- convertía al genocidio sirio en “femicidio” por interés de acomodar un poco al aparato a la circunstancias y en contradicción con el derecho democrático elemental a la vida de millones de mujeres. Un triste y lamentable espectáculo.

Consideramos camarada Dave, que no basta con ganar una fracción de la fracción del movimiento obrero como defienden ustedes en su documento, se trata de meterse en el barro, de tener políticas de bloques, de unidad-enfrentamiento que ayude a esa vanguardia a hacer su propia experiencia y sobre todo que permita a una joven corriente aprender y madurar. Las células en las fábricas ya las había organizado la izquierda, que superaban 1000 a 1 a la LOI-CI, creer que sin intervenir sobre el grueso de la vanguardia se podía cambiar la realidad, fue una pérdida de las proporciones que solo un grupo de aventureros podíamos creer.

ALGUNOS ACUERDOS CLAVES DEL CWG y la FLTI.

El CWG y la LOI-CI tienen o tenían un acuerdo -creemos nosotros- en lo referido a la construcción internacional, bajo una orientación burocrática o superestructural, que también hemos criticado al NTI-CI de México que repite de modo acrítico toda la historia de la LOI-CI en versión mexicana.

Un estado mayor no puede existir sin cuadros probados en los combates de la lucha de clases o mínimamente sin hacer un alerta de esta falencia trascendental. Sea la quinta, la cuarta o la que sea, aún no se han decantado esos cuadros, todo intento prematuro en dar una forma centralizada sin más pruebas que declaraciones políticas no puede más que repetir nuevos tinglados de los que se encuentran por doquier. El problema de los revolucionarios no es solo que no tienen estado mayor, sino principalmente que no tienen bases. Empezar la construcción de una casa por el techo es una táctica que no se adecua a las leyes de la gravedad, quizás funcione en la luna pero no acá en la tierra. La cuarta no solo se quedó sin estado mayor, se quedó sin bases.

UN APORTE POLÍTICO Y UN SALTO EN LA AUTOPROCLAMACIÓN

La dirección (CM) –como plantean ustedes- veía cierta continuidad del morenismo con el trotskismo revolucionario, está era una expresión lógica del límite de una dirección que nunca presentó un balance de su paso por esa corriente centrista y oportunista. Y solo contó “epopeyas” de manera informal, cuestiones que nunca quiso poner a debate ni interna ni públicamente. Reconocer cierta continuidad en Moreno era ponerse como el heredero del mismo (deporte muy practicado en América Latina, especialmente en Argentina). Está falta de ruptura lo colocaba como un ala más del morenismo y sus distintas expresiones que conviven y sobreviven en el régimen argentino y en Latinoamérica.

Ustedes argumentaron firmemente contra aquella supuesta continuidad del morenismo y la cuarta internacional, apoyado en el balance de Bolivia de 1952. Pero este aporte del CWG -junto a este criterio burocrático de construcción internacional compartido con la LOI-CI- tomado por una dirección centrista, no hizo más que fortalecer los rasgos autoproclamatorios de la LOI-CI. Ahora ésta borraba de un plumazo el pasado morenista y encontraba su mito de origen en la cuarta internacional de 1938. Pero los mitos de origen solo pueden forjar iglesias y religiones, nunca partidos revolucionarios. También lo usaban los chamanes y patriarcas de las sociedades primitivas, y la verdad que hay mucho de patriarcado y de primitivismo en la historia de la FLTI.

El CWG colaboró en embellecer y soslayar a una dirección morenista que nunca quiso decir cuáles fueron sus aciertos y errores, ni qué rol jugó en la dirección del MAS y del PTS. De hacerlo estaba claro que no podíamos ir jamás a una dirección personalizada en CM.

Así las tesis del 89 (documento fundacional) se reeditaron en base al aporte de Dave y el CWG para ahora terminar de un plumazo mágico con todo nuestro pasado centrista, y ¡ahora si! éramos los verdaderos y únicos revolucionarios del planeta. La izquierda trotskista o renegados, a la luz del mito de origen pasaban ahora de ser centristas a ser reformistas o contrarrevolucionarios. Los fenómenos ya no se iban a dar -según la FLTI- en esas corrientes sino en las masas o la vanguardia por fuera de estos aparatos, que la FLTI ahora decía que nada tenían que ver con la lucha de la clase obrera.

La FLTI así, confiada en que estaba refundando la cuarta internacional, le cerró la persiana a toda la izquierda, que por otro lado ustedes con el CWG no paraban de explorar a lo largo y ancho del globo.
Munzer ya dio por terminada la cosecha, ya tenía la pantalla o chapa internacional necesaria que todo burócrata morenista necesita para ser tal, y se mostraba incómodo ante el trabajo del CWG que de forma despectiva CM llamaba internetcionalista, o pescar grupos por internet. CM usó al trabajo internacional para su disputa perdida con el PTS argentino en clave totalmente auto proclamatoria y sectaria, por ende impotente.

Cuando la FLTI daba por muerta a la izquierda, en base a que todos los fenómenos se iban a dar por fuera de los aparatos según la FLTI, en sus narices en Argentina los centros industriales del país daban su voto en las elecciones al Frente de izquierda y de los Trabajadores (PTS,PO,IS) expresando una ruptura política de franjas obreras con el kirchnerismo, y lejos de reflexionar sobre todos sus pronósticos equivocados la dirección se puso a jugar a las escondidas y a culpar a sus militantes de comerse la mentira del FIT.

Así cuando Dave y el CWG creían haber convencido a la LOI-CI con el balance de Bolivia de 1952 y la traición del Morenismo, no lograron ver que este aporte político en manos de una dirección centrista y burocrática tuvo el reverso de haber fortalecido los rasgos autoproclamatorios y sectarios de una dirección que no estaba probada en ningún combate real de la lucha de clases. Pero el criterio de construcción compartido hacía y hace imposible para ustedes ver estas consecuencias.

Consideramos que el CWG por un lado tenía una política flexible, amplia de construcción y de debate internacional con grupos y agrupaciones, de pegar en bloque con algunos de ellos ante hechos claves de la situación mundial, pero que rápidamente y de forma oportunista avanzaba a un centralismo democrático común. La crisis de dirección lleva un siglo, con todo lo que eso implica en el recorrido de las distintas corrientes, creemos que no se puede pretender tal homogeneidad como para un centralismo común en tan corto tiempo, no al menos sin estallar en el intento.

LOS METODOS STALINISTAS, SÍNTOMA QUE LA DEGENERACIÓN YA OLÍA A PODRIDO.

Por otra parte, compartimos en que ya era una dirección fuera de control. Con métodos de dirección burocrática que expresaba la perdida general del rumbo político y que nunca se había roto con el pasado morenista.

Lamentablemente quienes firman esta carta hemos padecido tales métodos. Hemos sido echados bajo los peores métodos.

En el caso de Gonzalo, en mayo 2016 bajo amenazas de muerte, golpes y gas pimienta delante de su familia, todo por denunciar a CM que le había largado una verdadera caza de brujas en su contra por una discusión política referido a la salida de un periódico.

Tales métodos solo pueden convivir en una corriente que fue arrastrada por la marea alta del 2001 argentino, del 2003 boliviano, y quedado desnuda ante la marea baja. Nos pondremos de acuerdo seguramente en que ser arrastrados por una marea no es lo mismo que ser una corriente revolucionaria. El rasgo sectario y autoproclamativo ya sin la revolución no podía menos que llevarlo cada vez más lejos del proletariado latinoamericano, aunque buscara salvarse con algún manotazo cruzando el atlántico y transformarse así en siriodependiente. Incluso los métodos estalinistas se buscaron encubrir y camuflar siempre con la sangre de los sirios, pero la GPU siguió siendo siempre GPU por más prestigio de las masas rusas que se invocara para justificar sus crímenes.

Pero la degeneración ya era un hecho e hizo estragos y la vitalicia dirección no aceptaba ningún debate ni balance que no sea la afirmación de que era la reencarnación del centro de Coyoacán. Parece exageración pero es real. Base para tales maniobras sucias no faltó en un régimen totalmente desfasado de la realidad, con militantes que temían y temen ir a la vanguardia, los hijos más orgánicos de una corriente que naufragó y se convirtió en un verdadero intento fallido más.

La LOI-CI fue un fenómeno centrista en ruptura con el oportunismo y revisionismo de los 90 pero en clave ultraizquierdista, sectaria y autoproclamativa. Empujada a la izquierda por las revoluciones de principios de siglo, luego se perdió en el sectarismo a la hora de la imposición de los bolivarianos, donde no acertó una y naufragó. Desde el año 2006 que CM está esperando el inminente crack chino y argentino, para llevar “el 2001 al triunfo”. Seguramente en algún momento va suceder y va decir que él lo había anunciado, pero en la espera llevó a la corriente al pantano de donde ya no podrá salir.

Gonzalo Piriz y Dante Rossi,20 de septiembre de 2020

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ANEXO

Jueves, 29 de abril de 2010

Proyecto de balance de las relaciones de

la CWG con la LOI-CI 2002-2010

Trayectoria del Grupo de Obreros Comunistas (CWG)

El CWG se formó en 1995 después de que nos separamos de la Liga por una Internacional Comunista Revolucionaria (LRCI) por negarse a condenar el bombardeo de la OTAN sobre Yugoslavia en 1994. Nos unimos a la LRCI como la Izquierda Comunista en 1992, a pesar de nuestras diferencias sobre la economía política y la restauración del capitalismo, en la creencia de que la LRCI se estaba moviendo a la izquierda en los años 80. En 1994 formamos una facción minoritaria en la LRCI en torno a la tendencia de la dirección a adaptarse al social imperialismo británico. Argumentamos que la LRCI había formado un frente popular con Yeltsin sobre la base de que la democracia burguesa era más progresista que el régimen burocrático estalinista. Esto era claramente una adaptación al social imperialismo británico. Esto se confirmó con el apoyo de la LRCI en el bombardeo de la OTAN a Yugoslavia en 1994. Fuimos burocráticamente expulsados de la LRCI en 1995 (etiquetados como una Fracción Proletaria secreta), y junto con las secciones latinoamericanas de la LRCI, Poder Obrero Bolivia (POB) y Poder Obrero Perú (POP), formamos el Comité de Enlace de Militantes por una Internacional Comunista Revolucionaria (LCMRCI o CEMICOR en español).

En el documento de escisión de la Fracción Proletaria trazamos el movimiento centrista de izquierda de la LRCI a finales de los años 80 y su giro centrista de derecha en respuesta a la restauración capitalista en ausencia de la Cuarta Internacional como organización revolucionaria. La LRCI comenzó como una escisión del Socialist Workers’ Party (SWP) en 1975 y su liderazgo siempre estuvo centrado en Londres en Workers’ Power (Gran Bretaña). Nunca rompieron completamente con su posición de capitalismo de Estado de «tercer campo» en la URSS. La democracia burguesa siempre fue más progresista que los regímenes estalinistas, por lo que la democracia burguesa fue la ruta para la defensa de la propiedad de los trabajadores. La posición básica de Cliff reflejaba el fracaso de la Cuarta Internacional bajo Trotsky para sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial como un partido internacional saludable. En los países imperialistas se adaptó al imperialismo (lo que llamamos imperio-centrismo) y en el mundo semicolonial y colonial se adaptó al nacionalismo burgués (trotskismo nacional). En los países imperialistas los trotskistas se adaptaron a sus respectivos imperialistas y, después de un breve período de desorientación durante el cual se asimilaron los nuevos Estados obreros y el comienzo del auge de la posguerra, todos se conformaron entonces con el estalinismo y el imperialismo democrático como fuerzas objetivamente progresistas a las que seguiría el trotskismo internacional.

Lo que hizo permanente esta contrarrevolución liquidacionista después de la Segunda Guerra Mundial fue la subordinación imperio-centrista de los sectores coloniales y semicoloniales en cualquier intento de refundar la Internacional colapsada. Empujadas desde la izquierda por los sectores trotskistas imperio-centristas, las fuerzas imperialistas estalinistas y democráticas presionarían al imperialismo hacia la izquierda sin necesidad de la acción independiente de los trotskistas semicoloniales. Esto aisló a los sectores trotskistas en los países coloniales y semicoloniales donde oscilaban entre hacer frentes populares con las burguesías nacionales que se ilusionaban con el imperialismo democrático, y formar milicias armadas aventureras en aislamiento de la clase obrera. Cuando la milicia nacionalista derrocó a Batista en 1959, la negativa de los Estados Unidos de América a ocuparse de los insurrectos los obligó a tomar los brazos de la Unión Soviética. Esto confirmó la postura liquidacionista del trotskismo de posguerra a seguir al imperialismo democrático y al estalinismo.

El CWG en 1995 concluyó que cualquier reagrupamiento de fuerzas trotskistas sanas para construir una nueva Quinta Internacional tendría que tener lugar inicialmente en las semicolonias, y en particular desde que el CEMICOR tenía su sede en América Latina, en la lucha por superar y derrotar al «nacional trotskismo» latinoamericano.

La formación del Colectivo en 2002

A pesar de su existencia como fracción de propaganda a nivel internacional que siguió tomando posiciones en todas las grandes luchas y firmó declaraciones conjuntas con otras tendencias, el CEMICOR no impulsó la lucha en Perú o Bolivia sobre el terreno. Sin embargo, continuamos reconociendo el potencial del trotskismo latinoamericano para romper con el nacional trotskismo contra la historia de traiciones y liquidaciones del trotskismo imperio-centrista que se remontan a la Segunda Guerra Mundial y el papel del SWP (EE.UU.) en América Latina y los pabellones en Europa.

Por lo tanto, reconocimos que las deficiencias del morenismo fueron el producto de la liquidación de la 4ª Internacional, que llevó a los intentos de Moreno de enganchar una serie de corrientes imperio-centristas igualmente degeneradas. Antes de que formáramos el Colectivo, el más reciente golpe fue el intento de la imperio-centrista LRCI de fusionarse con el nacional trotskista PTS (Partido de los Trabajadores Socialistas – una escisión de 1988 del MAS de Moreno) después de la pérdida de sus secciones latinoamericanas, POB y POP que vinieron con el CWG, para formar el CEMICOR. La crítica del CEMICOR al intento de fusión de la LRCI con el PTS condenó esto como un «bloque podrido» pero también reconoció que, a pesar de su fracaso en romper completamente con el morenismo, el PTS estaba a la izquierda de la LRCI.

El PTS rompió con Moreno en 1988 en la cuestión de la revolución política en Europa del este. Sin embargo, habiendo rechazado la ilusión de que el imperialismo democrático salvaría a los Estados obreros del estalinismo (la posición del MAS cuando apoyó a Solidaridad en Polonia), el PTS mantuvo sus ilusiones en una revolución política inexistente como proceso objetivo. Fue sobre esta concepción objetivista de la revolución política que la Fracción Obrera Trotskista (FPT) se formó en el PTS y fue expulsada en 1998 para formar la LOI-CI (Liga Obrera Internacionalista, Cuarta Internacional). El PTS como la LRCI respondió a la histórica derrota de la restauración en Europa del Este y la URSS culpando a los trabajadores – la llamada «crisis de la subjetividad» (para la LRCI el «restablecimiento reformista») – mientras que el FPT argumentó que comenzó una revolución política, pero fue derrotada por los estalinistas en ausencia de una Cuarta Internacional revolucionaria. El FPT/LOI-CI culpó a los «centristas mencheviques» de traicionar la revolución política y esto llevó finalmente a una reevaluación de la Cuarta como «reformista» para todo el período de posguerra. Mientras el PTS se replegaba en alianzas tácticas con otras escisiones del morenismo y un programa menchevique común, la LOI-CI asumió la defensa del bolchevismo – el trotskismo revolucionario y el Programa de Transición. (Editorial, Los sucesos de 1989. Rudolf Klement, 2000)

Así, la LOI-CI dio otro paso hacia una ruptura completa con el morenismo como una forma de trotskismo nacional. En ese momento el CWG no estaba al tanto de la existencia de la LOI-CI. Mantuvimos correspondencia y firmamos declaraciones comunes con varios grupos argentinos y brasileños mientras estuvimos en el CEMICOR, (en particular el POR, el CIOS en Argentina, y la LBI y la Fracción Trotskista en Brasil hasta 1999). Esta actividad fue en gran parte literaria ya que ni el POR ni el POP estaban activos en ese momento. Lucha Marxista nunca fue miembro del CEMICOR ni participó en las discusiones con estos otros grupos. Para el año 2000 el CEMICOR había dejado de funcionar incluso como un sitio web. La primera vez que la LOI-CI llamó nuestra atención fue cuando ayudamos a formar Salta Solidaridad, un grupo de Yahoo en 2001 con VB, que en ese momento era miembro de la LOI-CI. Luego entramos en correspondencia con él y posteriormente con el Grupo Bolchevique (GB) y Lucha Marxista (LM).

El Colectivo se formó en diciembre de 2002, en gran parte gracias a los esfuerzos del CWG por reunir a LM y al GB con la LOI-CI. En el calor del levantamiento de 2001 en Argentina, la LOI-CI lideraba la lucha por los congresos nacionales de empleados y desempleados para exponer el papel de los falsos trotskistas en la contención de las movilizaciones masivas de los piqueteros. Los miembros del Colectivo tenían suficiente confianza en la determinación de la LOI-CI de romper completamente con los zigzags morenistas entre el oportunismo y el ultraizquierdismo que firmaron un documento de 21 puntos. Esta confianza se justificaba ya que las intervenciones de la LOI-CI conducían a frecuentes amenazas de violencia, incluyendo armas de fuego, por parte de los falsos matones trotskistas. Cuando un camarada del CWG visitó por primera vez Buenos Aires en diciembre de 2002, fue llevado directamente a la ocupación de la fábrica de Brukman, que estaba rodeada por la vanguardia militante y toda la izquierda argentina. La LOI-CI luchó por ganar una fracción en esa fábrica para desafiar los falsos intentos trotskistas de aislar y limitar estas luchas a las cooperativas legales. Hasta el día de hoy, la LOI-CI tiene una fracción en eso y en muchos más lugares de trabajo «recuperados» y militantes, incluyendo a Zanón, el hijo del cartel de los falsos trotskistas. Su principal demanda hoy en día sigue siendo la de un congreso nacional de todos los trabajadores en lucha para unir y coordinar la vanguardia militante de empleados y desempleados. Este programa no ignora a los sindicatos ni los fetichiza. Trata a los sindicatos como frentes unidos en los que el partido revolucionario tiene que construir sus células sobre la base de su programa.

La principal tarea del Colectivo era reagrupar elementos trotskistas sanos en una fracción para luchar por una conferencia internacional en el camino de la construcción de una nueva internacional. Se sostuvo que si las posibles diferencias programáticas podían resolverse mejor mediante el debate y la práctica común. Este era un método de construcción de partido tomado del PTS y estábamos de acuerdo con él. A diferencia de la LRCI, no puso su programa como un ultimátum o se autoproclamó como la única fuerza revolucionaria del planeta. Después de 2002 hubo numerosos intentos de reagrupamiento con otras tendencias para construir un nuevo partido internacional con un centro internacional. En 2003 el POB se unió al Colectivo. Claramente, la LOI-CI estaba preparada para debatir y trabajar con los restos de la tendencia CEMICOR que había roto con Lora en 1985, y con el Grupo Bolchevique (GB) que había roto con Lambert.

Aunque fue una ruptura progresiva con el PTS, la LOI-CI no fue todavía una ruptura completa con Moreno. Todavía se mantenía en la posición de que Moreno estaba en continuidad con el sana Cuarta Internacional frente a los pablistas. El CWG, usando el análisis de José Villa, fue capaz de probar que Moreno había colaborado en la traición de la revolución boliviana de 1952. El proceso de convencer a los camaradas tomó cuatro años, de 2002 a 2006. Como parte de esta crítica a la posición de Moreno en el frente popular de Bolivia en 1952, la LOI-CI volvió entonces a reconsiderar el legado del morenismo y llegó a la conclusión de que tanto el Comité Internacional (que se formaría en 1953) como el Secretariado Internacional (SI) eran corrientes igualmente degeneradas en 1952. Para explicar esto, siguió el camino de vuelta a la historia de la Cuarta Internacional desde su fundación hasta después de la 2ª Guerra Mundial. Llegó a la conclusión de que la Cuarta fue liquidada durante la Segunda Guerra Mundial con la desaparición de su centro internacional. Este fue un gran salto en el programa de la LOI-CI ya que vio claramente que la Cuarta Internacional como organización no sobrevivió al colapso de un liderazgo centralizado que le permitió coordinar la teoría y la práctica de una internacional revolucionaria. Su nueva posición para la refundación de la 4ª Internacional sobre la base del Programa de 1938 estaba ahora mucho más cerca de la posición quinta del CWG. De esta manera la LOI-CI rechazaba cualquier continuidad organizativa revolucionaria entre el morenismo y Trotsky.

La división de 2004 en el colectivo

En el plazo de un año surgieron tensiones en el Colectivo y éste se dividió en abril de 2004. En 2006 escribimos:

El Colectivo no fue más allá de una federación fraternal y a pesar del alto nivel de acuerdo programático, el BT [en realidad el Grupo Bolchevique], LM y POB se resintieron de la influencia de la LOI en el Colectivo y lo acusaron de usar sus fondos para crear un partido «madre» argentino y de enviar a sus cuadros para infiltrarse en sus organizaciones. Estos resentimientos se convirtieron en hostilidades abiertas y en ataques personales a la dirección de la LOI como chovinista y dominadora argentina. En abril de 2004 estas tensiones llegaron a un punto crítico y se produjo una escisión. ¿Habría evitado la escisión un mayor grado de centralismo democrático, o la escisión representaba una diferencia subyacente sobre el método y el programa? El CWG piensa que las dos cosas están necesariamente relacionadas. LM, BT [es decir, GB] y Germinal, y el POP [en realidad POB], leyeron el impulso de la LOI a la reagrupación como depredador y buscaron la defensa en sus organizaciones nacionales – en el caso de BT [es decir, GB] su imperio-centrismo franco residual, y LM y el POB sus respectivos trotskismos nacionales. Estas organizaciones habían fracasado en la prueba del reagrupamiento revolucionario mediante una lucha dinámica contra el chovinismo nacional en sus formas imperialista y semicolonial. No pudieron romper con la raíz de la degeneración del trotskismo de posguerra y formaron un bloque de propaganda, el Colectivo de la Revolución Permanente.

La ruptura de 2004 con GB/LM/POB fue innecesaria con fallas en ambos lados. La dirección de LM tuvo la culpa de disciplinar a un camarada por sus diferencias programáticas. La LOI-CI tuvo la culpa de reaccionar tan violentamente usando los términos estalinismo y polpotismo en lugar de resolver el asunto por métodos fraternales. El principio básico en juego era el derecho dentro del Colectivo de un miembro de LM a aceptar el programa de la LOI-CI. La dirección de LM tenía el deber de permitir al camarada argumentar sus posiciones en el Colectivo. La dirección de la LOI-CI tenía el deber de insistir en que esta diferencia política se resolviera dentro del Colectivo. A pesar de los intentos del CWG de resolver la disputa de esta manera, los hábitos trotskistas nacionales de todas las partes llevaron a una división.

Como hemos observado los camaradas que formaron la LOI-CI reconocieron la necesidad de superar la historia morenista del trotskismo nacional. El trotskismo nacional en una semicolonia no es lo mismo que el trotskismo nacional en un país imperialista. En los países imperialistas el trotskismo nacional es el resultado de la lucha de una u otra potencia imperialista para liquidar el trotskismo en la aristocracia obrera y la burocracia laboral social-chauvinista. Llamamos a esto «imperio-centrismo» para distinguirlo del trotskismo nacional en las semicolonias. En los países semicoloniales el trotskismo nacional es el resultado del aislamiento de la clase obrera mundial, especialmente en los países imperialistas, y la presión dentro de una nación oprimida es para que los revolucionarios se unan al «bloque patriótico» de clases, o su opuesto, el aventurismo o abstencionismo de extrema izquierda, a menudo zigzagueando entre ambos. El chovinismo aquí suele tomar la forma de defensa de los oprimidos del imperialismo, por ejemplo, antiyanqui.

La escisión fue trágica porque reflejaba la ruptura aún incompleta tanto de la LOI-CI como de LM y la POB con el trotskismo nacional y las diferencias nacionales que abrumaban el gran salto que el Colectivo había dado para crear las condiciones para superarlo. Ambas corrientes desconfiaban de la influencia de cada una en el Colectivo, especialmente en Bolivia. Esto se expresó en el intento de LM de revivir el CEMICOR a finales de 2003 en Bolivia, excluyendo al camarada de la LOI-CI que acompañó al CWG a Bolivia. Esto fue considerado como un acto hostil por la LOI-CI. Los intentos del CWG de mediar en esta cuestión y en la cuestión de RS fracasaron cuando las dos partes se atrincheraron. Al CWG se le dejó la decisión de qué lado tomar en la división. Finalmente lo hicimos, sobre la base de que la LOI-CI era la única fuerza revolucionaria en el Colectivo que había surgido como resultado de una serie de rupturas revolucionarias con el trotskismo nacional. Creemos que esta decisión fue de principio en su momento y seguimos pensando así a la luz de nuestra experiencia en los años posteriores.

Comité de Enlace de 2004

Tras la escisión del Colectivo en 2004, el método de la LOI-CI, y su grupo fraternal chileno el POI-CI (Partido Obrero Internacional – Cuarta Internacional), apoyado por el CWG, fue continuar reagrupándose por el método de formar comités de enlace para el debate y la acción común. Lo hicimos brevemente con el POR argentino (Partido Obrero Revolucionario), nuevamente bajo la presión del CWG, y como resultado ganamos a su socio brasileño, la Fracción Trotskista (FT-ex POR-Lora de Bolivia). La FT adoptó ahora la posición de la LOI-CI sobre esa traición para romper decisivamente con el POR-Lora. Podemos decir que Bolivia 1952 fue la clave de esa conquista también. La LOI-CI, POI-CI, CWG y la FT formaron un Comité de Enlace para trabajar sobre otros grupos brasileños, en particular el POM (Partido Obrero Marxista).

Así, nuestra intervención fue para luchar por resoluciones de apoyo a la vanguardia de los mineros bolivianos contra las traiciones de la Central Obrera Boliviana (COB), y la adaptación de la ultraderecha del POR-Lora al MAS de Morales, para romper la base de la burocracia laboral que estaba detrás de Morales. A pesar de más de dos años de debate y acciones conjuntas (por ejemplo, la intervención en Conlutas (sindicatos afiliados a una «coordinación nacional de lucha») – obsérvese una burocracia de izquierda escindida de la CUT (Central Única de Trabajadores) pero que sirvió para atar a las bases a la socialdemocracia de izquierda del PSOL (Partido Socialismo y la Libertad de Brasil) no conseguimos ganar al POM pero sí reclutar a algunos militantes para el Comité de Enlace.

La Fracción Leninista Trotskista (FLT) se formó en 2006

Mientras tanto, el camarada que se separó de la Lucha Marxista (LM), se unió a los camaradas de la LOI-CI para formar un grupo en Bolivia en torno a las minas y las universidades, y el embrión de un grupo en Perú. Para 2006 el Comité de Enlace estaba listo para dar el siguiente paso y fusionarse en un nivel más alto de centralismo democrático que incluía a la LOI-CI, el POI-CI, el FT y los grupos boliviano y peruano. Esta fue la Fracción Leninista Trotskista (FLT) basada en una Declaración de 23 puntos, un llamado a un congreso internacional de grupos trotskistas de principios y otras organizaciones militantes, alrededor de un programa básico de 23 puntos. Estábamos preparados para reunirnos y discutir con cualquier grupo que estuviera de acuerdo con todos o algunos de estos puntos. De nuevo, el programa no es un ultimátum para la discusión y la acción conjunta hacia la reagrupación.

En 2008 realizamos varias «ofensivas» decisivas para ganarnos a otros grupos. Estuvimos en comunicación con la Liga Comunista Revolucionaria de Japón -Facción Marxista Revolucionaria (JRCL-RMF) de Japón desde 2002, principalmente enviando cartas de saludo a su Congreso Antiguerra anual. A finales de 2008 habíamos intercambiado una serie de cartas mutuamente críticas en las que nos caracterizaban como «trotskistas degenerados» y a nosotros como idealistas y pacifistas. Por el momento, la JRCL-RMF estaba fuera de escena. A finales de 2008 nos pusimos en contacto con Socialist Fight (SF) y surgió de su correspondencia con la Workers International Vanguard League (WIVL) de Sudáfrica. Aunque inicialmente la discusión informal con SF era prometedora, el problema de su «biestado socialista» en Palestina era un punto de fricción importante. Esto se convertiría más tarde en el centro de las histéricas cartas del SCI a SF cuando se enteró de que SF también estaba hablando con GB. Cuando el SCI interrumpió cualquier discusión formal con el SF, no se permitió a ningún miembro de la FLTI continuar con la discusión formal.

En la cuestión relacionada con la posición de la FLT sobre Palestina, está claro que el documento de 23 puntos no afirma que el estado sionista también es fascista. Esta es la posición de la mayoría de la FLT, no del CWG. Al igual que las tácticas en torno a la socialdemocracia, fue una diferencia dentro de la FLT. Del mismo modo, la posición acordada de la FLT sobre la autodeterminación de Palestina es para una Palestina socialista. Se expresa como un «Estado obrero secular multiétnico con un gobierno obrero y campesino» dentro de una «Federación de Repúblicas Socialistas de Oriente Medio» en los 23 puntos, lo cual es algo confuso pero un claro avance en la revolución escénica morena en Palestina, y en la literatura del CWG se explica que esto significa una «Palestina socialista».

El contacto con la WIVL comenzó con una discusión sobre Palestina en el momento del ataque de Israel a Gaza en 2008 y luego pasó al frente popular en Sudáfrica. La Triple Alianza es una formación del Congreso Nacional Africano (ANC), un partido de frente popular que incluye elementos burgueses y pequeñoburgueses, junto con el Partido Comunista Sudafricano (SACP) y la Confederación de Sindicatos Sudafricanos (COSATU). La FLT pudo convencer a los camaradas de la WIVL de que las lecciones del frente popular en Bolivia podían aplicarse a Sudáfrica. En opinión de la FLT, después de ser convencido por el CWG, la WIVL fue visto como una corriente «saludable» y se hicieron movimientos hacia la fusión.

Un cuadro superior de la LOI-CI visitó Sudáfrica durante las elecciones de abril para fomentar nuestra relación. La WIVL entró en un acuerdo previo a la fusión basado en algunos de los 23 puntos y luego, después de más discusiones, se fusionó con la FLT en el Congreso de julio de 2009 para formar la FLTI. Durante el congreso surgieron diferencias sobre un programa trotskista en Sudáfrica, especialmente en torno al llamamiento a una «revolución negra» (una posición morenista rechazada por la WIVL) y la designación preferida por la WIVL del trabajo asalariado como «trabajo esclavo». Pero estas diferencias fueron la base de la discusión y el debate continuos y de las acciones prácticas comunes para poner a prueba el programa. También quedó claro que la WIVL apoyaba la posición mayoritaria de la FLTI sobre el estado sionista como «fascista».

Los fundadores de la FLTI sobre China

La única cuestión que se convirtió en una fuente de gran diferencia fue el carácter de China. El trasfondo de esto es importante porque lleva a una serie de acontecimientos que condujeron en última instancia a la reciente crisis de la FLTI en torno no sólo a China, sino a una rápida degeneración del método de una fracción sana, a pesar de sus diversos orígenes en el morenismo, el espartaquismo, el loraísmo y el healismo, en una organización centrista abiertamente de derecha que hace enormes saltos oportunistas cubiertos de frases ultraizquierdistas. Es decir que la sana evolución de la FLT para romper con el trotskismo nacional en América Latina, al enfrentarse al problema de entrar en grandes ofensivas para fusionarse con grandes formaciones políticas en Sudáfrica y Japón, así como con el militante HWRS (Humanist Workers for Revolutionary Socialism – Estados Unidos) con una larga historia de luchas contra el trotskismo degenerado, fracasó en la prueba, pasó rápidamente a la inversa, y todas las debilidades subyacentes del trotskismo nacional resurgieron en el SCI (Secretariado Internacional de la FLTI).

En julio de 2008 un camarada del CWG escribió una entrada en el blog sobre China, «¿Es China un nuevo EE.UU.?» Este artículo se reprodujo en el primer número en inglés del Organizador Obrero Internacional

El artículo afirmaba que China estaba desarrollando una economía capitalista que se acercaba a la del imperialismo. Mientras que argumentaba que China no era todavía imperialismo, la implicación era que era sólo cuestión de tiempo. «China puede estar en camino de desplazar a los EE.UU., pero ¿será como una China imperialista o una China socialista?» Curiosamente, la dirección de la FLT no puso ninguna objeción a la posibilidad de que China se convirtiera en imperialista, o que esto fuera una ruptura con Marx, Lenin y Trotsky. No hubo ninguna nota editorial que rechazara la posición argumentada en este artículo. En octubre de 2008 el mismo camarada escribió otro artículo de blog, «¿Es Rusia imperialista?» argumentando que Rusia podría ser vista como un imperialista emergente basado en la aplicación de la teoría de Lenin sobre el imperialismo.

En marzo de 2009, en el plenario con el SCI, el delegado del CWG argumentó que Rusia y China estaban emergiendo como potencias imperialistas sobre la base de la inversión extranjera directa neta que mostraba una exportación de capital financiero. Esta posición fue atacada enérgicamente por el principal dirigente de la LOI-CI, CM, ya que no sólo era incorrecta en cuanto a los hechos (por ejemplo, Gazprom estaba controlada por la alemana BASF), sino también teóricamente imposible, ya que significaría el desarrollo de las fuerzas de producción en la época del imperialismo y el surgimiento de nuevas potencias imperialistas donde ya había demasiadas. El CWG se comprometió a trabajar más para convencer a la FLT de que no sólo un nuevo imperialismo era posible, sino que ya era la nueva realidad en Rusia. Mientras tanto, el grupo estadounidense Humanist Workers for Revolutionary Socialism (HWRS) había llegado a la conclusión de que China ya era una potencia imperialista emergente y se acercó a la FLT para unirse sobre la base de un acuerdo de principios con el documento de 23 puntos.

El Congreso Fundador de la FLTI se reunió en Argentina en julio de 2009. Aparte del pequeño NRI (Núcleo Revolucionario Internacionalista) de Argentina y algunos individuos que también se fusionaron en este congreso como MT de Brasil, los grupos importantes que se fusionaron en base a los 23 puntos y resoluciones aprobadas en el congreso fueron la WIVL y el HWRS. Aparte de otras diferencias que se convirtieron en la base de la discusión pre-congreso que condujo al siguiente congreso en diciembre, el Congreso acordó hacer de las diferencias de China la base de una discusión «teórica» pública. El HWRS presentó varios documentos extensos en apoyo de su posición sobre China como potencia imperialista emergente. Resoluciones de la mayoría y la minoría que explican las dos posiciones sobre China fueron aprobadas y publicadas en la Nueva Serie Nº 1 del Organizador Obrero Internacional.

En ese momento se acordó que no había ninguna diferencia programática apremiante ya que la minoría sostenía que China todavía tenía un carácter dual transitorio como semi-colonia y potencia imperialista emergente, por lo que, en caso de guerra con los EE.UU., la defensa de China era probable. Pero era obvio por los argumentos de la mayoría que veían la posición de la minoría como una seria desviación del marxismo y una concesión al imperialismo estadounidense.

La aventura de Japón

Así, la FLT, tras haber pasado 6 años construyendo la fracción, e inicialmente reacio a acercarse a grupos de otros continentes, estaba ahora dando un gran salto para fusionarse con la WIVL y el HWRS y proyectándose más allá de su base de operaciones en América Latina hacia Sudáfrica y América del Norte. Enfrentando una crisis potencial y una división sobre China, en lugar de consolidar esta rápida expansión y tratar la cuestión de China objetivamente, CM del SCI tomó una decisión en medio del Congreso para hacer un cambio de 180 grados en nuestras relaciones con la JRCL-RMF y lanzar una ‘ofensiva’ en Asia para hacer la revolución china de la mano de los ‘trotskistas japoneses’. Hasta ese momento acordamos que la JRCL-RMF eran idealistas y no trotskistas leninistas. Ahora, para probar que China no era imperialista, CM mostraría que la FLTI y la JRCL-RMF podían intervenir juntos para hacer la revolución china. Irónicamente, la JRCL-FRM sostiene que China es una gran potencia, aunque rechaza la teoría de Lenin sobre el imperialismo como irrelevante en las «circunstancias cambiantes» de hoy en día. Se seleccionó un cuadro líder de la LOI-CI para ir y el viaje se planificó rápidamente. Además de ser un delegado de la asamblea anti-guerra, tendrían discusiones con las filas y el liderazgo de la JRCL-RMF.

Esta misión demostró ser la que llevó a la FLTI de una potencialmente saludable reagrupación de grupos trotskistas a través de tres continentes, al reino de la fantasía y la megalomanía mesiánica. Toda la FLTI fue ahora rehén de esta estúpida empresa. El SCI fue elegido en base a la dirección existente de la LOI-CI, con SM de la WIVL como «Secretario Africano» y miembro cooptado del SCI. La WIVL apoyó la posición de la mayoría sobre China y la aventura japonesa. La aventura japonesa fue una clara indicación de que CM estaba fuera de control.

Crisis de la FLTI

Luego siguió el asunto de SZ, el del activista sindical «burgués» SZ en los EE.UU. Alrededor de septiembre de 2009, un camarada de HWRS estaba hablando con un antiguo activista laboral de SZ en un mitin en el área de la bahía, cuando éste le preguntó si HWRS conocía la historia de la JRCL-RMF con el que nos «fusionábamos», ya que había «traicionado» a los trabajadores del ferrocarril en los años 80. Debido a que el HWRS era nuevo en la FLTI, y porque los informes del viaje a Japón trataban de los detalles de las discusiones y no revelaban ningún acuerdo para hacer más que intercambiar documentos y leer el material de cada uno, el HWRS escribió a la SCI para obtener más información. Lo que sucedió entonces fue alarmante. Los líderes del SCI respondieron condenando a HWRS por hablar con un agente burgués. Al hacerlo, HWRS se había revelado en peligro de estalinismo, es decir, de utilizar a un enemigo de la clase obrera para hacer acusaciones contra una organización revolucionaria. No sólo caracterizaron al informante como un agente burgués, sino que era un líder del Partido de la Paz y la Libertad (PFP, Peace and Freedom Party), que el SCI caracterizó como un partido «imperialista» dirigido por «estalinistas». Si SZ tenía alguna pregunta sobre la JRCL-RMF debía demandar un tribunal moral internacional para que dictaminara. El SCI concluyó que no podía haber ninguna duda de que la FLTI cuestionara a la JRCL-RMF ya que la carga moral había venido de un agente burgués.

Luego siguió un furioso intercambio sobre la moralidad proletaria. El SCI dijo que el principio moral de la clase obrera está en contra de cualquier intervención burguesa en la clase obrera. Esto se aplica igualmente a los agentes burgueses como los estalinistas. La información de SZ no puede ser usada para cuestionar el honor político de una organización proletaria. Esto es muy conveniente porque cualquiera puede ser etiquetado como estalinista (o burgués) y sus cargos políticos, correctos o incorrectos, pueden ser descartados fuera de la corte. El HWRS y el CWG argumentaron que para Trotsky las cuestiones morales y políticas no pueden separarse. Para ello se evita el hecho de que la moral estalinista (y burguesa) sirve a la política de clases. Se señaló con fuerza que no se puede leer nada de la Comisión Dewey sin ser golpeado en la cabeza por este hecho. Sin ceder a nuestro argumento, pero reconociendo implícitamente lo absurdo de su posición, el SCI afirmó entonces que ha pedido a la JRCL-RMF que cree un tribunal moral para juzgar su papel en la privatización de los ferrocarriles en Japón en los años 80. El salto a Japón hizo que el SCI aterrizara en un lecho de carbones calientes con nada más que fanfarronadas e histeria para cubrir sus pies desnudos.

Ya por supuesto, la circularidad de la posición del SCI era clara. El SCI estaba siendo atacado como académicos pequeño-burgueses en el área de la bahía, estalinistas inconscientes y sirvientes de Obama. Al querer aprender más sobre la historia de la JRCL y el HWRS estaba ahora moralmente fuera de la clase trabajadora y no podía hacer ninguna crítica política al SCI como árbitros supremos de la moral proletaria. A partir de ese momento, el SCI comenzó a usar como chivo expiatorio al HWRS, diciendo que su fusión en la FLTI era prematura, y que era un agente burgués en la FLTI. Harto de esta calumnia, el HWRS respondió con un análisis de la crisis que estallaba en la FLTI con una crítica al método del SCI como método subjetivo que reflejaba su fracaso en completar la ruptura con el morenismo. Los recientes eventos y ataques al HWRS sobre la JRCL-RMF fueron para prevenir el colapso de la aventura japonesa. El HWRS fue atacado como estalinistas para eliminarlos como críticos de la aventura japonesa.

El CWG se involucró en esto como parte de la minoría, bloqueando con el HWRS en estas cuestiones. Escribimos dos críticas a la posición del SCI sobre China mostrando que no veían cómo China estaba prestando apoyo a los regímenes populistas de América Latina. Primero, el arreglo de la lucha de Kraft en Argentina ocurrió cuando la burocracia laboral maoísta hizo un trato con el régimen de Kirchner permitido por un acuerdo comercial de intercambio de moneda china. Llamamos la atención de la LOI-CI sobre los intentos de China de comprar a Repsol parte de YPF que le daría el papel dominante en la producción de petróleo en Argentina y una importante fuente de ingresos fiscales para financiar los programas sociales en las provincias. Señalamos que en Bolivia los camaradas estaban engañando a la vanguardia minera si no explicaban cómo el MAS de Morales estaba prometiendo a los trabajadores puestos de trabajo de un proyecto de industrialización financiado por China. Cuando criticamos a la Mayoría por afirmar que la lucha de Tonghua donde los trabajadores mataron a un gerente privatizador era evidencia de una situación pre-revolucionaria en China, el CWG fue condenado rotundamente por ignorar la lucha de clases, suprimir la información sobre las huelgas en China e India, y abandonar su pasado revolucionario en la FLT.

Crítica de la minoría al método del SCI

El CWG está de acuerdo con el análisis del HWRS de la reciente degeneración abierta en la dirección de la FLTI, en particular el SCI y SM de la WIVL, como síntoma de un método que no podía hacer frente a los desafíos de una rápida expansión y una crisis mundial en la que el papel cambiante de China les obligaría a abandonar los esquemas históricos y las posiciones dogmáticas heredadas del morenismo. Esta reversión a los viejos hábitos se manifestó en el congreso fundador de la FLTI en el llamamiento a una «república negra» en Sudáfrica (que la WIVL rechaza por razones obvias), y en el concepto de sionismo como «fascismo». Al final fue confirmado por el contenido virulento, confuso, contradictorio y abusivo del documento de la mayoría sobre China. Es una triste reflexión sobre los límites de la lucha de la LOI-CI y la WIVL para romper con el morenismo frente a la crisis mundial y la crisis de la dirección revolucionaria.

Sin embargo, para el CWG, el morenismo no es una explicación suficiente de la crisis que estalló en la FLTI sobre China. No es más que una expresión del trotskismo nacional semicolonial. Nosotros argumentamos que es necesario ver que él (y los orígenes healyticos de la WIVL) como respuestas del trotskismo nacional semicolonial al imperialismo y a las burguesías nacionales serviles pro-imperialistas. Como hemos señalado, el trotskismo nacional se formó en el período de posguerra de la ascensión del imperialismo de EE.UU. como la potencia hegemónica mundial. Fue la otra cara de la moneda del trotskismo «imperio-centrista» que se adaptó al chovinismo de la aristocracia obrera y las burocracias de los países imperialistas. El CWG desarrolló la crítica del trotskismo imperio-centrista para explicar la exclusión de los sectores semicoloniales de la Cuarta Internacional y la traición de las revoluciones nacionales en Indochina, Bolivia y Ceilán (Sri Lanka). Esto condujo al colapso de la Cuarta Internacional después de la guerra y al aislamiento de las corrientes trotskistas nacionales divididas entre el ultraizquierdismo y el oportunismo.

Históricamente, el movimiento obrero en América Latina y Sudáfrica ha sido principalmente oprimido por el imperialismo estadounidense y británico, respectivamente. Con el declive del imperialismo británico, los Estados Unidos hegemónicos siguen siendo el enemigo número uno, ya que se ven obligados a proteger militarmente sus esferas de interés de sus rivales. Así pues, aunque la mayoría de la FLTI reconoce que los bolivarianos, estalinistas, castristas y falsos trotskistas tratan de vender el imperialismo como una política que puede ser democrática y progresiva, no pueden concebir que el principal enemigo imperialista actual sea otro que los Estados Unidos. Por lo tanto, los llamamientos al imperialismo democrático sólo pueden dirigirse a los demócratas de los EE.UU., en particular a Obama (o a los imperialistas de la UE). Una vez que Obama sea expuesto como un «bombardero» y no diferente a Bush (¡republicanos!) entonces hay una situació n revolucionaria objetiva a la mano y sólo aquellos que defienden a Obama como un imperialista democrático bloquean el camino a la revolución. Por eso la mayoría se volvió contra la minoría como obamistas.

Sin embargo, lo que la Mayoría no ve es que ahora las credenciales ‘democráticas’ de Obama han sido expuestas a los trabajadores antiimperialistas más avanzados y su lugar está siendo ocupado por China y Hu Jintao. Por eso cada vez más los frentes populares de las burguesías nacionales, como los bolivarianos en América Latina, el CNA en Sudáfrica, y el régimen del ZANU-PF/MDC en Zimbabue, junto con otros regímenes burgueses nacionales, están recurriendo a China para rescatarlos del imperialismo norteamericano, pintando a China en el papel de un capitalismo progresista, o incluso de un socialismo. Así que, en lugar de una lucha total contra todos los países imperialistas, los trabajadores están siendo llamados a poner su fe en alguna forma de «socialismo de mercado» en China. El colapso casi universal del trotskismo imperio-centrista en porristas mencheviques para los bolivarianos, y bajo esta influencia, arrastra a casi todo el trotskismo semicolonial que permanece dominado por corrientes degeneradas, crea una situación en la que el trotskismo semicolonial reproduce su forma clásica de zigzagueo entre el ultraizquierdismo y el oportunismo, a veces combinando ambos.

Esto significa que la FLTI, bajo su actual liderazgo, permanecerá atrapada en un método trotskista nacional. Estará atrapado en un esquema objetivista de lucha objetiva/subjetiva contra el imperialismo de EE.UU. en el que la FLTI actúa para exponer a los agentes del imperialismo de EE.UU. en el movimiento obrero como «estalinoide». Sin embargo, atrapada en este esquema no puede ver que la clase obrera no está escuchando el canto de sirena de Obama, sino el canto de sirena bolivariano del imperialismo chino como una forma de «socialismo del siglo XXI». El SCI dice que la quinta internacional de Chávez es un acuerdo entre Stalin y Laval. Pero lo que el SCI pasa por alto es que, en el acuerdo original entre Stalin y Laval, Stalin hizo un acuerdo con el imperialismo «democrático» para luchar contra el imperialismo «fascista». Así es exactamente como lo ven los trotskistas falsos bolivarianos/castristas/maoístas; China es el imperialismo «democrático»/la «alternativa progresista» que está en contra de los EE.UU. como el imperialismo «fascista». La mayoría de la FLTI está en peligro de no ser más que la quinta rueda de la «Quinta Internacional» de Chávez.

En resumen, se trata de la crisis del marxismo, causada por el colapso y la liquidación de la IV Internacional, expresada en el aislamiento y la presión sobre el trotskismo semicolonial que lo atrapa en el trotskismo nacional dividido entre el frente popular y el aventurismo ultraizquierdista. La LOI-CI que se separó del morenismo sólo llegó hasta cierto punto antes de ser emboscada por una crisis global y la crisis de liderazgo. El liderazgo de la FLTI habla de esto como la carrera entre la revolución y la contrarrevolución. En esta carrera siempre existe la tentación de tomar el atajo para ganar a las fuerzas de la izquierda. El riesgo es que al dar tan audaces saltos en ausencia de una internacional revolucionaria, la aventura va a un fracaso. Esto es lo que ha sucedido con la FLTI. No hay un proceso objetivo de subjetividad revolucionaria con el que la FLTI sólo tenga que mantenerse al día para construir una nueva internacional. Hay desviaciones no marxistas profundamente arraigadas incluso en el más sano de los trotskistas que resultan de la liquidación de la internacional y la pérdida de la dialéctica. La dialéctica sólo es posible con la sana base de la internacional en cada rincón del mundo en cada país y región. Sin eso, el programa se convierte en un cadáver congelado y no puede guiar ni aprender de los acontecimientos. La cuestión de China ha hecho estallar este programa muerto y ha abierto el camino para el retorno al marxismo, y con él una nueva internacional revolucionaria.

Superar la crisis del marxismo

El programa revolucionario es tan bueno como el partido revolucionario y su método marxista de unir la teoría y la práctica. El trotskismo nacional es el reverso de la moneda del trotskismo imperio-centrista que liquidó la IV Internacional. El trotskismo nacional es el marxismo deformado que resulta del aislamiento del trotskismo en los países semicoloniales. No hay manera de superar esto si no se construye una internacional revolucionaria que pueda unir la teoría y la práctica en el programa revolucionario. El programa de la mayoría de la FLTI está congelado en un trotskismo y leninismo dogmático y se ha convertido en un esquema histórico que sólo puede desarmarlo en la práctica. Es necesario desarrollar el marxismo como un método dialéctico capaz de captar la compleja realidad concreta de hoy. La minoría ha comenzado a hacerlo con su análisis del surgimiento del imperialismo a partir de las condiciones especiales del capitalismo restaurado en los estados obreros. Al captar esta realidad multifacética podemos avanzar con un programa capaz de servir de guía para la práctica en un mundo en el que el surgimiento de China abre la perspectiva de rivalidades, guerras, revoluciones y contrarrevoluciones interimperialistas. En nuestros diversos documentos hemos explicado cómo la situación mundial se ve alterada por el surgimiento de China como potencia imperialista. Los 23 puntos que son la base de la FLT y la FLTI tienen que ser refundidos a la luz de la transformación de China. La gravedad de la crisis, los mecanismos para hacer pagar la crisis a los trabajadores, el frente popular, el proyecto bolivariano, Palestina, Cuba, la cuestión nacional, son ahora refracciones de la rivalidad imperialista mundial que ahora incluye a China. Pero, aunque tal método dialéctico puede ser defendido, a menos que se convierta en un marxismo vivo encarnado en la unidad de la teoría y la práctica de un partido internacional, necesariamente degenerará. En el proceso de construcción de una internacional revolucionaria debemos estar en guardia tanto contra el trotskismo nacional como contra el imperio-centrismo.

¡Adelante con la internacional marxista revolucionaria!

Traducción del NTI-CI, julio 2020. Documento original en inglés:

Draft balance sheet on cwgs relations

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