SIRIA: ¡DEFENDAMOS LAS ÚLTIMAS TRINCHERAS DE LA REVOLUCIÓN!

Durante las últimas semanas, mientras Al Assad y Putin bombardean Idlib -provincia siria donde se concentra la mayor parte de la resistencia- la coalición internacional encabezada por EE.UU. viene avanzando sobre el poco territorio que queda bajo control del ISIS, en Baghuz, en la provincia de Deir Ez Zor. Las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) -alianza kurdo-árabe dirigida por EE.UU.- con la ayuda de los bombardeos de la coalición internacional, han acorralado a los combatientes del ISIS a las orillas del río Eúfrates, cerca de la frontera con Irak. No hay datos de la cantidad de civiles asesinados durante esta ofensiva, aunque los desplazados se cuentan por miles.

Desde el NTI denunciamos esta ofensiva imperialista cuyo único objetivo es terminar de liquidar las últimas trincheras de la Revolución Siria que comenzara en el 2011, como parte de la Revolución proletaria del norte de África y del Medio Oriente.

El ISIS no es más que un partido ejército burgués organizado por el imperialismo y financiado por las burguesías saudíes para desorganizar desde dentro la revolución, desarmando a las masas, liquidando sus organismos de autoorganización e imponiendo una disciplina absolutamente bonapartista en las zonas que estaban bajo su control. Inclusive atacando militarmente a las milicias rebeldes que controlaban territorios y que el Ejército Siria Libre (ESL) no podía terminar de disciplinar. Los trotskistas del NTI nos hemos ubicado correctamente en la trinchera militar de las milicias rebeldes contra el ISIS, como por ejemplo en Aleppo, donde el ISIS fue derrotado al querer tomar la ciudad, por el frente militar del ESL, Jabath Al Nusra y las milicias independientes, entre las que estaban la brigada León Sedov, integrante de la FLTI. A la vez, nos hemos ubicado siempre en la trinchera opuesta al imperialismo y al régimen del genocida Al Assad y hemos articulado nuestro programa alrededor de la lucha por derrocar al tirano y por derrotar a la coalición imperialista, no descartando para lograr esos objetivos la posibilidad de realizar acuerdos tácticos con ninguna fuerza que chocara militarmente ya sea con al Assad o con la coalición que encabeza EE.UU., como por ejemplo en Aleppo con el ESL o en Mosul, Irak, con el ISIS.

Las direcciones oportunistas consideran que realizar un frente militar con una fuerza burguesa implica renegar del programa de la revolución proletaria, con el objetivo de no asustar a nuestro aliado circunstancial. Un argumento típicamente menchevique. Para los marxistas revolucionarios un acuerdo militar circunstancial con algún sector de la burguesía no implica de ninguna manera renegar de luchar por conquistar en el combate mismo una dirección proletaria de la guerra civil. Es decir, que sea la clase obrera la que, con los métodos de la revolución proletaria, dirija la guerra civil y la lleve al triunfo.

Renegar de luchar por una dirección proletaria, como predican desvergonzadamente algunos de nuestros detractores, hubiera significado entregar conscientemente la dirección a los partidos ejército burgueses, los cuales llevaron los combates a una derrota segura. La actual ofensiva del Al Assad, de Putin y de la coalición imperialista dirigida por los EE.UU. sólo fue posible por el accionar de estas direcciones burguesas que, sostenidas por todo un sector del reformismo a nivel internacional, generaron las condiciones de la derrota. Hoy, cuando vemos a las masas sirias aplastadas por el régimen y el imperialismo, cuando vemos a los millones de refugiados sirios viviendo en carpas en el desierto o intentando llegar a Europa; no podemos menos que denunciar cuánta razón teníamos los trotskistas cuando afirmábamos que sólo con una dirección proletaria se podía triunfar y no podemos menos que denunciar la bancarrota de los que predicaban que primero había que derrotar al régimen, que la revolución proletaria y la expropiación de la burguesía vendrían después. Que era una «locura sectaria» y una «abstracción» decirle al proletariado sirio que debía combatir con sus propios métodos, con su programa y que debía sacarse de encima lo antes posible a todos esos partidos ejército que lo oprimían, desorganizaban y que garantizaban la derrota desde adentro.

¿Significa esto que llamamos a una insurrección en ambos frentes a la vez? ¿O acaso significa ser neutrales en la guerra civil, es decir, en el enfrentamiento militar entre el ESL y las fuerzas del régimen de Al Assad o el del ISIS y la coalición imperialista bajo la disciplina yanqui? Interpretar nuestras posiciones de esa manera es una verdadera estupidez de los oportunistas que, ante la bancarrota de su política de colaboración de clases, sólo buscan justificar sus adaptaciones y capitulaciones a las direcciones burguesas que garantizaron la derrota llevando incluso a las heroicas masas sirias a guerras fratricidas. La política correcta que defendimos desde el NTI-CI fue organizar todo nuestro programa alrededor del enfrentamiento militar al régimen y a la coalición imperialista, mientras nos oponíamos en el plano político a las direcciones burguesas del ESL, Al Nusra, ISIS, etc. Allí donde el ISIS, que no tenía presencia en Siria sino sólo hasta después de derrotar militarmente a las milicias que sí controlaban territorios, nos ubicamos en la trinchera militar de las milicias rebeldes contra los ataques reaccionarios del ISIS. Allí donde el ISIS choca militarmente con el imperialismo y las fuerzas del régimen, no dudamos en ubicarnos en la trinchera del ISIS, siempre defendiendo nuestro propio programa y nuestra independencia organizativa y política. No se trata de “un llamado a la insurrección” en ambos frentes a la vez, sino de combatir militarmente al régimen y al imperialismo mientras nos oponemos políticamente a las direcciones burguesas oficiales de la guerra, movilizando inclusive en su contra al proletariado y a los campesinos pobres, luchando por conquistar las condiciones para la insurrección contra el ESL, Al Nusra, ISIS, etc. Negarse a defender una estrategia independiente para ganar la guerra no puede significar otra cosa que rebajar el programa marxista para someterse a la disciplina política de la burguesía.

Una vez más el programa de la IV Internacional basado en la teoría de la revolución permanente de Trotsky pasó la prueba. El reformismo y el centrismo, con sus reediciones y reformulaciones de la vieja teoría de revolución por etapas del estalinismo no.

Hoy presenciamos una nueva oleada de levantamientos en el Norte de África y del Medio Oriente. Las fuerzas para que la heroica Revolución Siria, mil veces calumniada y traicionada por las direcciones reformistas a nivel internacional, pueda ponerse nuevamente de pie están en las masas de Sudán, Palestina, Túnez, Argelia… que nuevamente se ponen de pie luchando por el pan y la libertad. También en los chalecos amarillos y en los millones de argelinos e inmigrantes que se movilizan al interior de Francia. Las movilizaciones recientes en Daraa contra el ejército reunificado de al Assad y de los oficiales del ESL, pactados en las Conferencias de Ginebra, Astaná y Sochi demuestran que la revolución no está derrotada definitivamente y que puede renacer de sus cenizas como parte de las movilizaciones revolucionarias en la región.

¡Viva la resistencia revolucionaria de las masas sirias!

¡Abajo al Assad! ¡El pueblo quiere la caída del régimen!

¡Abajo los bombardeos en Idlib!

¡Por la derrota militar de las fuerzas del régimen!

¡Abajo los bombardeos de la coalición yanqui!

¡Por la derrota militar de las FDS y el triunfo de la resistencia!

¡Fuera de la resistencia el ESL, Al Nusra e ISIS,

sepultureros de la Revolución proletaria!

¡En los territorios que aún no controla el régimen hay que expropiar a la burguesía y

a los terratenientes para poner los recursos materiales al servicio del combate de los explotados!

¡Por una dirección proletaria de la guerra civil!

¡Viva la lucha de las masas del Norte de África y del Medio Oriente!

Último momento: mientras cerramos este artículo la prensa imperialista informa que la ciudad de Baghuz, «último bastión del ISIS», ha caído bajo la bota de la ocupación de las FDS y la coalición yanqui. Esto sólo fue posible porque la revolución en esta región fue derrotada desde dentro, en primer lugar por el ISIS. Quienes sostenían que debíamos sacrificar la «posibilidad ideal» de conquistar una dirección revolucionaria para las heroicas masas sirias a la «posibilidad real» de derrotar al imperialismo bajo la dirección burguesa del ISIS deben explicar por qué esa «posibilidad real» se demostró una verdadera utopía y por qué la lucha por una dirección proletaria de la guerra demostró ser la más real de las posibilidades de ganar la guerra. Ellos decretaron como «ideal», interpretando esta palabra como «irreal», la teoría de la revolución permanente de Trotsky y el programa del marxismo revolucionario y definieron que lo real es la política de revolución por etapas y de colaboración de clases del estalinismo.

NTI-CI  24/03/19

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Familias huyen del campo de batalla de Baghuz en este de Siria

 

 

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Familias capturadas por las Fuerzas Democráticas Sirias

 

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